domingo, 11 de marzo de 2012

Opinión Pública

Existen muchas definiciones de opinión pública. Se trata de un concepto tan discutido como real es el fenómeno al que se refiere. Me gusta particularmente cómo la definió el Papa Juan Pablo II, en un Mensaje de 1986, porque comprende todos los aspectos importantes:
Qué es: "La opinión pública consiste en el modo común y colectivo de pensar y de sentir de un grupo social más o menos vasto en determinadas circunstancias de tiempo y de lugar. Indica lo que la gente piensa comúnmente sobre un tema, un acontecimiento, un problema de cierto relieve".
Cómo se forma: "La opinión pública se forma por el hecho de que un gran número de personas hace propio, considerándolo verdadero y justo, lo que algunas personas y algunos grupos, que gozan de especial autoridad cultural, científica o moral, piensan y dicen. Lo cual muestra la grave responsabilidad de aquellos que por su cultura y su prestigio forman la opinión pública o influyen en alguna medida en su formación".
Cómo influye: "Hay que poner de relieve, al respecto, que la opinión pública tiene una gran influencia en la manera de pensar, de sentir y de actuar de aquellos que -o por su joven edad o por falta de cultura- no son capaces de formular un juicio crítico. De este modo son muchos los que piensan y actúan según la opinión común sin que estén en condiciones de sustraerse a su presión. Hay que poner también de relieve que la opinión pública influye fuertemente en la formación de las leyes".

Vamos ahora a desarrollar algunos aspectos de interés. Noelle-Neumann cuenta cómo en 1965 las encuestas previas a las elecciones generales alemanas dieron un vuelco en el último momento. Los dos partidos importantes estaban hasta entonces muy igualados en intención de voto; pero tres días antes del de la votación uno de ellos -el cristianodemócrata en este caso-, empezó a destacarse claramente, hasta ganar las elecciones con holgura. ¿Qué había pasado? Se había tenido en cuenta la pregunta ¿a quien piensa votar?; pero no ésta otra: ¿quién piensa que va a ganar? Esta expectativa nos lleva al meollo de la cuestión: la espiral del silencio.
La espiral del silencio podría explicarse como el proceso por el cual una mayoría se inhibe y calla ante los que expresan abiertamente y defienden confiadamente una opinión minoritaria -porque están convencidos de que es adecuada y piensan que acabará siendo aceptada por todos-, haciendo que ésta parezca más fuerte de lo que realmente es, hasta llegar a ser dominante.
 
Para Noelle-Neumann, la esencia de la opinión pública reside en que existe un proceso por el cual sociedades y grupos luchan por mantenerse cohesionados. No conocemos mucho sobre ese proceso, pero su clave parece estar en que la gente tiene un miedo natural al aislamiento. Por eso, el hombre se esfuerza indistintamente por estar bien visto dentro de la sociedad para evitar las enemistades y el encerramiento. La amenaza de soledad surge cuando hay una controversia sobre valores. Los sondeos de opinión muestran que en áreas donde los valores están cambiando, los miembros de una sociedad observan al resto de la comunidad muy atentamente. Aun los más pequeños cambios son percibidos colectivamente por todos los grupos de población. Por eso, cuando una actitud importante relativa a los valores cambia tan sólo en un 3 ó 4% (fenómeno marginal), esto es percibido por la población y reflejado en cambios del 10 ó 20% dentro de nuestro clima de opinión (es decir, lo que se expresa en respuestas a la pregunta periodística de "¿qué es lo que la mayoría de la gente piensa sobre...?").
Es lo que se llama efecto del carro ganador. Consiste, más que en el deseo de apuntarse al bando vencedor, en el miedo al aislamiento, verdadero motor de la espiral del silencio: si no se quiere compartir públicamente una opinión aparentemente aceptada por todos, al menos se puede permanecer en silencio, como segunda mejor opción para seguir siendo tolerado por los demás. La tesis es, pues, que la gente trata de evitar el aislamiento en áreas controvertidas. En tales áreas, aquellos que tienen la impresión, cuando observan el ambiente social, de que sus opiniones y valores cada vez obtienen más apoyo, se sienten confirmados. Estos no temen el aislamiento, expresan sus opiniones ante un público desconocido, y siempre actúan y hablan con seguridad. Por el contrario, aquellos que piensan que sus puntos de vista están perdiendo terreno, se vuelven más recelosos y caen en el silencio. Debido a que los primeros expresan sus puntos de vista y los segundos se mantienen en silencio, se crea una influencia sobre la forma en que el público percibe la situación. El primer grupo parece tener más apoyo del que realmente tiene, mientras que el segundo parece tener menos. Es decir, la "espiral" empuja a más gente a expresar la opinión de los que parecen más fuertes, mientras que los que están al otro lado se desaniman y terminan por querer cambiar su opinión.
Es un fenómeno conocido desde antiguo; aunque no se supiera cómo funcionaba. Veamos el caso de la Iglesia en Francia a mediados del XVIII. Según Alexis de Tocqueville (Historia de la Revolución francesa, 1856), el silencio de la Iglesia católica francesa fue un factor de primera importancia: "Los que seguían creyendo en las doctrinas de la Iglesia tenían miedo de quedarse solos con su fidelidad y, temiendo más la soledad que el error, declaraban compartir las opiniones de la mayoría. De modo que lo que era sólo la opinión de una parte de la nación llegó a ser considerado como la voluntad de todos y a parecer, por tanto, irresistible, incluso a los que habían contribuido a darle esa falsa apariencia".
¿Qué podemos concluir? Que la opinión pública, más que consistir en lo que la gente piensa, es lo que la gente piensa que piensan los demás.







1 comentario:

  1. Información Obtenida de
    http://www.mercaba.org/FICHAS/arvo.net/la_opinion_publica.htm

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